Empecemos por el significado de “terapia” y de “sonido”; ambos son conocidos por la mayoría, pero la palabra “terapia” es la que trae confusión o rechazo en muchas personas, incluidas aquellas que trabajan con el sonido y también me he encontrado a profesionales de la salud holísticos con este problema y ambos rehusan a utilizar esta palabra cambiándola por otra. El tema está en que normalmente se asocia la “terapia” a la psicología, al psicólogo terapeuta; si buscamos su significado en el diccionario de la Real Academia Española, tenemos dos entradas:
1-Tratamiento de una enfermedad o de cualquier otra disfunción.
2- Tratamiento destinado a solucionar problemas psicológicos.
Si a esto le sumamos el significado etimológico de la palabra griega therapeía, de la cual proviene “Terapia”, y que significa: “aquello que sana”, “aquello que alivia”, “aquello que restaura”, etc. nos aclara mucho y despeja cualquier duda de que la terapia no es propiedad exclusiva de un psicoterapeuta… y dando un paso más, me atrevo a decir que de un médico tampoco es propiedad.
Ahora vayamos, desde un enfoque holístico (cuerpo-emoción-mente-espíritu), a lo que es la enfermedad o como me gusta llamarle: “desequilibrio”; cuando el sistema de chacras está en desequilibrio o no está en armonía sobreviene la enfermedad. Cada chacra o centro energético, que no podemos ver con el sentido de la vista, está asociado o rige sobre una glándula y cada glándula rige a uno o varios órganos de nuestro cuerpo. Así que, al verse afectado un chacra, estaría afectando a una glándula y a su vez a un órgano. Detrás de una enfermedad siempre hay asociada una emoción. Cuando la enfermedad está en el cuerpo físico ya es la última fase del proceso porque la mente es la que la ha creado y las emociones transmiten, comunican. Así que la enfermedad va en un proceso de arriba hacia abajo (de la mente hasta el cuerpo pasando por las emociones) hasta ser percibida por nosotros. Cuando sientas algún dolor en una parte del cuerpo o te sobrevenga una enfermedad pregúntate cómo te sentías unos días antes y qué emoción no has podido gestionar. Si profundizas un poco más, pregúntate qué pensamientos has estado teniendo.
Nos queda entonces la palabra “sonido”. Éste sigue una secuencia:
– Empezando por un electrón que gira alrededor de un átomo
– esto produce una vibración
– que se puede medir en una frecuencia
– la frecuencia se hace perceptible como sonido
– y actúa como principio de arrastre (derivado de la Resonancia)
La sabiduría ancestral nos enseña que todo en el universo es Vibración, que todo vibra sin excluir nada, desde todo el plano denso físico que vemos, pasando por los pensamientos hasta llegar a planos tan sutiles que no somos capaces de imaginar pero que existen, aunque la ciencia aún no los pueda medir. ¿Eres capaz de ver el aire o ves las ramas de los árboles moverse por el viento? Y sin embargo no dudas de su existencia.
Con el sonido, que también es vibración, pasa lo mismo; hay muchísimas frecuencias que nuestro rango auditivo no es capaz de percibir pero que están ahí, existiendo. En estos temas (y en otros tantos de esta sociedad que hemos creado) aún domina la vieja creencia de “ver para creer”.
Dentro del sonido, aplicado a la sanación, podemos hacer dos importantes distinciones:
– los que se utilizan de forma ordenada siguiendo una estructura, compás, ritmo, armonía y melodía como se utiliza en la música aplicado a la terapia: Musicoterapia.
– y los que se derivan de la naturaleza (olas del mar, sonido del viento, truenos, pájaros, los latidos del corazón) o los sonidos que se obtienen al percutir un cuenco del Himalaya, una secuencia en un gong, una nota mantenida con la voz, etc.
En la Terapia de sonido, se utiliza el sonido de diferente forma a la Musicoterapia y se hace hincapié en el sonido en sí, sin utilizar formas musicales definidas, muchas veces utilizando frecuencias concretas y combinándolo con otros sonidos ya sea recreando sonidos de la naturaleza, latidos del corazón, etc. Si bien no se hace “música” como se suele entender, se utilizan ritmos, intervalos musicales y hasta armonía; yo suelo hacer mucho esto con excelentes resultados. De lo que se obtiene de esto, según los que reciben estos baños sonoros y a partir de mi propia experiencia como asistente recibiendo estas sesiones de sonidos es: “una música del alma”, “un masaje para el alma”, “una paz en todos los niveles”, “energía pura”, etc. en donde, normalmente la mente inferior, concreta o racional no tiene cabida, porque se calma, se calla o desaparece, haciendo que la experiencia sea estar en el momento presente.
Como vemos, el sonido en nuestro cuerpo responde al principio de Resonancia modificando el funcionamiento del sistema nervioso a causa del principio de arrastre:
Una vibración armónica o fuerte contagia (arrastra) a una vibración inarmónica o débil.
Este es el poder que tiene el sonido y lo podemos ver cómo nos afectan (o influyen) en todos los aspectos de nuestra vida; en el ejercicio que hemos hecho al principio, centrándonos en los latidos del corazón después de relajarnos, hemos aplicado este principio y nuestra respiración se ha hecho muy lenta, al igual que el pulso cardíaco y sobre todo las ondas cerebrales se han ralentizado mucho entrando en un estado de duermevela muy placentero.
Ahora estamos en condición de afirmar que la Terapia de Sonido es un tratamiento holístico (no invasivo) de una enfermedad a través del uso de frecuencias específicas que actúan a nivel físico, emocional, mental y espiritual haciendo que el paciente recupere el equilibrio perdido. Y desde mi experiencia puedo añadir que el terapeuta de sonido crea un espacio “sagrado” en donde el paciente puede ser capaz por sí mismo de darse cuenta de que él ha traído y creado la enfermedad; por eso la sanación es posible si el paciente quiere sanarse de verdad; el terapeuta y los instrumentos que use son sólo un medio para facilitar esa sanación que está latente en el paciente.
Por último, quiero ilustrar con un ejemplo que está en el libro “Sonidos sanadores” de Jonathan Goldman y de cómo trabaja la terapia holística.
Imaginemos que nuestro cuerpo es un gran coro y que cada parte de él es un cantante. En un momento dado un cantante empieza a desafinar y se hace muy patente la desarmonía que está creando con todo el conjunto hasta tal punto de que puede confundir y distraer a los cantantes cercanos a él produciendo un caos. Ahora bien, para la medicina alopática (muy conocida por todos) este cantante es un estorbo y hay que quitárselo de encima a toda costa sin tener en cuenta que ese cantante con su voz es importante como las demás voces y que si se le quita del grupo se notará. En cambio, para la Terapia Holística el accionar ante esto es muy diferente porque primero, tendrá en cuenta el grupo y luego sabe que ese cantante puede volver “a afinarse” con la armonía del coro; así que le ayudará con diferentes medios a que encuentre esa nota perdida.